Desde la Revolución
Industrial, la globalización ha cumplido un papel muy importante y complejo
dentro de nuestro entorno social, abordando todos los campos sociales y
poniéndolos dentro del entorno tecnológico favoreciendo y desfavoreciendo al
ser humano en su desarrollo general. Este es el caso de la educación y la
cultura, donde me desempeño actualmente, considerando que éstas dos cumplen una
importante función social desde el surgimiento de la escuela moderna, preparando
a las jóvenes generaciones para su futura participación productiva en la
sociedad en que nacieron. El sistema educativo es un desarrollo relativamente
reciente en la historia de la humanidad, como un componente de la sociedad
generada por el entorno que le rodea, siempre y cuando éste sea auténtico y
útil para su formación; mientras que la tecnología empieza a dar sus primeros
aportes electrónicos y tecnológicos a partir de la Revolución Industrial,
cuando se empezó a sustituir el trabajo del hombre o varios por el trabajo de
una máquina.
Enfocándonos en la
educación; tenemos que tener en cuenta que en nuestra sociedad, el énfasis
central de la educación secundaria y superior para segmentos importantes de la
población ha sido en educar para ser empleado, mas no para generar empleo. Esto es particularmente cierto para países
como el nuestro, todavía no se ve la
necesidad de articular sistemas fuertes de Investigación y Desarrollo que sean
productivos para nuestra educación y que enriquezcan intelectualmente al
estudiante.
Si nos remontamos años
atrás en SENA era una de las Instituciones públicas que desempeñaba ésta
función… inclinación de educar para el empleo no puede contribuir a fortalecer
la capacidad de una nación para desarrollar su potencialidad de asimilación y
generación de ciencia y tecnología, de este modo el conocimiento tecnológico de
nuestros días ha adquirido una sofisticación, de tal modo que requiere de un individuo mucho más desarrollado
intelectualmente.
La visión de educar para el
trabajo conlleva, entonces, asumir el reto de
asumir miras en la educación
técnica, de ampliar la capacidad de comprensión de conjunto, a la vez que
cultivar las capacidades prácticas involucradas en la esencia de la tecnología
en todas sus variadas definiciones. Este reto permite precisar los grandes
objetivos de la educación tecnológica, dentro de la perspectiva de educar para
el trabajo.
“Hay pedagogía cuando se
reflexiona sobre la educación, cuando el “saber educar” implícito, se convierte
en un “saber sobre la educación” (sobre sus “comos”, sus “por qué”, sus “hacia
donde”)”.[1]
Una característica esencial
de la vida contemporánea y de la escuela al igual que en las universidades es la permanente estar en compañía de máquinas de diversos grados de
sofisticación, aunque estas requieren de
ciertas destrezas técnicas de su uso correcto y seguro es necesario un
ingrediente reflexivo para utilizar esos instrumentos en forma adecuada,
eficiente y eficazmente.
Es preciso desarrollar un nivel mínimo de
capacidad de evaluar las distintas alternativas tecnológicas. No siempre el
equipo más complejo y costoso es el mejor en todas las circunstancias. Además,
el hecho de que el hombre esté en posición de tener el control remoto o la
fuente de potencia en la mano no garantiza siempre que está controlando el
dispositivo tecnológico. La capacidad de decisión en ambos casos, está
condicionada a ciertos niveles de alfabetización tecnológica.
Un combatiente de la resistencia comprende que la tecnología nunca deber ser aceptada como parte del orden
natural de las cosas, que cualquier tecnología – desde un test de
inteligencia a un automóvil, una televisión o un ordenador – es un producto de
un contexto económico y político determinado y lleva con ella un orden del día,
un programa y una filosofía que pueden o no mejorar la vida y, por tanto, requieren
análisis, crítica y control. En
resumen, un combatiente de la resistencia mantiene una distancia epistemológica
y psíquica respecto a cualquier tecnología, para que siempre parezca de alguna
manera extraña, nunca inevitable, nunca natural. [2]
Los
innovadores de la tecnología, presentan
un grado de desarrollo contemporáneo implicando que la
posibilidad de innovación esté relacionada con niveles cada vez más altos de
capacidades intelectuales.
La formación de innovadores
significa que el sector educativo, única institución social que estaría en
condiciones de efectuar esa formación, deba enfrentar dos problemas
fundamentales.
El primero, se presenta en
el alto nivel de las capacidades intelectuales involucradas en la innovación,
que sólo pueden ser desarrolladas en los niveles superiores del sistema
educativo, pero que tienen una condición de continuidad desde los niveles más
elementales de la educación.
El segundo radica en que la
escuela, como sistema, ha estado orientada a la socialización de los jóvenes en
el mundo cultural de los adultos, lo que significa un énfasis en el
"pensamiento convergente", mientras que la creatividad, la capacidad
de innovación y/o de diseño están relacionadas con el "pensamiento
divergente". [3]
Todo esto se debe orientar
al desarrollo de competencias claves en el individuo, que lo posibiliten para
su participación productiva en la sociedad contemporánea, está basado en la
idea de que la educación debe apuntar a formar en los estudiantes una visión
científica, artística, cultural, educativa del mundo en que viven y de su papel en él.
Debe ser relevante y, por tanto, íntimamente ligada a la vida personal y a la
producción, tanto para entenderlas como para transformarlas.
Debe alentar la
creatividad, el desarrollo intelectual y físico, debe propender por la
formación de un individuo capaz de manejar información suficiente y adecuada,
así como las fuentes de esa información; idónea para plantear problemas y
proponer soluciones a ellos, finalmente, dueño de una autodisciplina que le
permita continuar autónomamente su desarrollo personal.
Estas fuentes de
información, que se reciben y ayudan a una mejor capacidad de aprehensión de la
información, pueden variar desde las bibliotecas convencionales, revistas y
periódicos, hasta el correo electrónico, redes telemáticas y búsquedas en bases
de datos computarizadas.
El énfasis en las fuentes
de información antes que en un determinado cuanto de información, como es usual
en los actuales modelos educativos, se justifica por la frecuentemente
mencionada "explosión de la información" y el rápido ritmo de
desarrollo de muchas disciplinas. UNESCO (ver anexos), por ejemplo, ha estimado
que un alto porcentaje del cuanto de información de la mayoría de las
disciplinas técnicas tiene un período de obsolescencia de cinco años.
La educación debe enfatizar
en ese cuerpo de conocimientos con menor tasa de obsolescencia, constituido por
los principios fundamentales de las ciencias y la tecnología, se debe
desarrollar en los estudiantes la capacidad de manejo de fuentes de información
bajadas del Internet, que incluye por supuesto la comprensión de los conceptos
fundamentales del área específica a consultar, antes que hacerlos memorizar una
cantidad de datos, que seguramente no son muy provechosos para su educación.
El aprendizaje del estudiante, depende de la motivación por parte del
profesor e incluso por la motivación personal, esto no es solo cuestión de la
tecnología, debido a que nos sirve como un soporte de aprendizaje para estar en
contacto con los nuevos avances educativos esto sería para los maestros y para
adquirir más conocimientos sobre el tema a estudiar por parte de los
estudiantes.
En los campos de las artes,
el diseño, la investigación y la vida cotidiana, la mayoría de los problemas
propiamente dichos se pueden explicar por que los estudiantes, son capaces para resolver problemas de texto,
pero generalmente tienen dificultades
para transferir esta habilidad a situaciones externas al salón de clase, pues
la formulación de problemas involucra la compleja tarea de construir modelos
mentales de la "realidad", definida como aquél ámbito externo a la
conciencia humana. Las actuales prácticas educativas bien ignoran o dan por
dada la capacidad para confrontar esta tarea compleja de construcción de
modelos, de modelación de la realidad, la naturaleza.
“Los sistemas hipermedia proporcionan al estudiante una oportunidad de
aprender lo que quiera a su ritmo, pero esa misma característica han hecho que
sean calificados como una tecnología no pedagógica.” [4]